martes, 6 de agosto de 2019

Colombia. I Parte

El viaje.
Me levanté a las 3am. En realidad no pude dormir en toda la noche pues un millon de dudas asaltaban mi mente. En ese momento, me senti como un bebé que no sabe caminar, hablar, comer. Nada.
Mi madre y mis hermanos tamvien se levantaron y me ayudaban a terminar de arreglar todo.
La noche anterior, habia preparado mis maletas y con dolor tuve que dejar muchísimas de mis cosas mas valiosas y queridas. Salia como los indios con un tapa rabos.
Mi madre me preparó cinco panes con mantequilla y queso. Esa iba a ser mi comida por dos dias de viaje. Tome un te caliente, que me ayudó a calmar mi estomago. Me tome una pastilla para el viaje e hice inventario de todo.
El tiempo voló y mi transporte llego puntualmente a las 4:30am.
Me despedi entre lágrimas de mi madre, de mi hermana y mi sobrina, con una mezcla de sentimientos.

De alli hasta Maicao fue un viaje cualquiera por sitios desconocidos. Todo oscuro, caserios, carreteras sin señales. El chofer hablaba como si nada y yo, internamente pensaba ¿y ahora que voy a hacer? Mis manos estaban blancas de apretarlas y me sentia sumamente solo. Ni siquiera podía compararlo con aquel viaje del 2000 cuando fui en avion hasta Miami. Ahora atravesaba pueblos fantasmas oscuros.
Perdi la cuenta de las alcabalas legales e ilegales que atravesabamos, incluso el puesto del SAREN donde meses después le quitaran 20$ a mi esposa, para poder sacar a mi hija chiquita del pais.
Llegué a la frontera cuando ya el sol habia salido. Tierra por todos lados, comerciantes, viajeros como yo, mucha gente; nada comparado con el puente Simon Bolivar de Cucuta. Este puesto fronterizo era mucho mas tranquilo.
Le pagué el viaje al chofer y le di unos dolares para que los cambiara a pesos.
Pase por aduana,  metieron las manis en una maleta y ya. Pase al SAIME,  me selllaron la salida y ya. Atravesé la frontera pasando un portón. Asi de fácil.
Del otro lado, si tardé una hora en la cola de inmigración para sellar mi entrada. El oficial me dijo Tiene 15 dias para ir a Migracion Colombia y sacar su cedula de extranjero.  Y zaz! Ya estaba en Colombia.
El chofer cambió de carro y me llevó hasta el terminal de pasajeros, dejandome en la oficina de la linea de bus que le indique.
Casi que tiró las maletas y arrancó  (tal vez iba a buscar a otro pasajero).
Mi equipaje consistía en una maleta grande, un bolso largo y un portafolio. Mi morral se habia roto semanas atras y no lo pude usar.
Tanto la maleta como el bolso estaban a punto de explotar y pesaban mucho. Al llegar al terminal, ya el sol estaba en todo su esplendor y apenas eran las 8am. Caminar los 10 metros del estacionamiento a la oficina, se hizo una eternidad. Al llegar, el encargado me vendió el boleto por $120.000 y me indicó estar junto al bus 30 minutos antes de la salida; mientras, me podia sentar en la sala de espera VIP...
La fulana sala de espera, parecia mas bien la de un hospital de mala muerte. Estaba llena de moscas, no tenía aire acondicionado y las sillas estaban rotas. Tenia miedo de respirar y tragarme ina mosca. Para colmo, el celular se estaba descargando y solo habia un enchufe disponible.
Sali a caminar un rato y aproveché a comprar una linea celular (ya movistar no me servía) y le recargue $15.000 para que durara 15 dias. De inmediato el celular se actualizó totalmente a una velocidad que jamas habia visto ! Compre ademas un litro de agua y con eso ya estaba listo para el viaje.
Rodé mi equipaje hasta el bus, lo registré y subí a buscar mi asiento. En la parte de abajo, habia un toma corriente y pude enchufar el celular, luego me dieron la clave del wifi del bus y me reporté a mi familia. Todo estaba bien.
El bus salió a la hora acordada pero rodó una hora mas en la ciudad, recogiendo mas gente. Finalmente salimos a las 10:30am de Maicao.
De allí en adelante el viaje fue bastante largo y diría que rutinario. Mucho llano, árboles, caseríos, pueblos, carreteras. El bus no tenía aire acondicionado pero tampoco hacia calor. Mientras miraba el paisaje desde la ventana, seguía pensando ¿en que me había metido? Tenia claro que le había prometido a mi hija chiquita una mejor vida y le prometí a mi madre ayudarla, pero ¿podría cumplirles? Por otro lado ¿donde iba a llegar? Una de mis amigas me había dicho chamo venite y luego desapareció del mapa. ¿donde iba a trabajar y en que? Para muchos fue muy fácil decir que me fuera y la realidad era otra cruda y distinta.
Mientras pensaba, comía a pellizcos mis panes con queso y un sorbo de agua. No quería que mi colon me diera sorpresas en carretera. Y así me dormí; me dormía a ratos y despertaba para descubrir que estaba en un sitio muy lejano, que nunca había conocido. La señal del GPS me indicaba una ubicación ficticia.
Finalmente, el bus se detuvo en un restaurant de carretera para que todos almorzaran. Esa fue la primera de muchas veces que aspire el aroma de comida rica, sin poder comerla. Es muy arrecho andar con hambre y la iba a pasar en serio.
Hice pipí y volví al bus a pellizcar mis panes con queso. Era como las 3 de la tarde. Aun faltaba mas de 12 horas de viaje, asi que me acomodé y trate de dormir. Se hizo rápido de noche y todos durmieron mientras el bus zigzagueaba por las carreteras. Hizo varias paradas y yo seguí en mi asiento.
Asi fue hasta las 5 de la madrugada.

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