miércoles, 29 de junio de 2022

Bogotá, miércoles 29 de junio de 2022.

 Miércoles laboral para mi. Hoy amanecí en silencio. Más que otros días y es que hablar ya no me es irrelevante, pues mi voz no es tomada en cuenta en muchos sitios.

Me desvié ligeramente de mi ruta original de la mañana para ver la ubicación de un apartamento que me gustaría arrendar y que no puedo porque en mi trabajo, además de solo cobrar medio sueldo, no me dan soportes de pago y por eso no se toma en cuenta para aprobar el arrendamiento.

No tengo fiadores y los que pueden serlo, se hacen los realmente huevones?. Suena repetitivo?

Mi trabajo hoy normal y rutinario, con compras personales incluidas. Estoy en un ambiente donde muchas cosas están fueran de lugar (literalmente) y allí, tampoco puedo decir nada. Solo calarmela.

El almuerzo rico y abundante, con postre venezolano incluido. Algo me cayó mal y me provocó una taquicardia que me dejó algo atontado.

De regreso pensé en comerme un par de empanadas de un sitio muy bueno en Chapinero, pero la conciencia, la conciencia. Ya oigo a mi madre decir "ojalá te de diarrea".

Así que sacrifiqué el deseo y me coloqué mis audífonos para distraerme escuchando música en mis 40 minutos de trayecto a pie.

En el camino me encontré con el dueño de mi primera residencia en la ciudad y me agradó el saludo fraternal. Gracias Don Jorge.

Antes de concluir, les cuento que estoy reescribiendo mi historia/novela/libro 180°. Sin hacer propaganda. 

Llegué sin ánimos, mudo y me encerré en mi cuarto.

Mañana será jueves. Si Dios quiere. 

martes, 28 de junio de 2022

Bogotá. Sábado 25 de junio de 2022.

 Cómo todos los días, desperté al escuchar a Yaneth en la cocina desayunando. Perecié un rato y me levanté. Tenía planeado ver unos apartamentos en un barrio cercano.

Me vestí cómo, con gomas cómodas y mis dos chaquetas. Desayuné sin stress y salí a la aventura.

El señor del abasto de la esquina me había comentado que detrás de una iglesia cercana, alquilaban apartamentos.

Di varias vueltas y llamé a algunos números que resultaron caros y grandes. Derrotado, cansado y sin ánimos, caminé de regreso. En el camino, recordé que había dejado de ver un apartamento con Pau, así que fui directo.

Llegué y pregunté. Resultó ser un apartamento, en la parte superior, un anexo de otro, con un taller en el medio. En realidad, algo feo. Al salir, vi otro cerca y llamé al señor, el cual, luego de darme un buen precio, quedó en mostrarlo a las 12pm. Apenas eran las 10am, así que camine cerca para ver otras opciones, que no encontré. Regresé a casa para tomar agua e ir al baño.

Cerca de las 12pm salí a ver el apartamento. Al llegar, volví a llamar al dueño y respondió que aun no se había desocupado, así que tenía que esperar 40 minutos más, y después 30 más.

Al llegar, muy amable me mostró un apartamentico con 2 cuartos, un baño y salacocinacomedor. Precio razonable aunque la entrada algo fea. Lo malo y destaco, es que por ser venezolanos siempre quieren cobrar deposito.

Ahora si regresé a casa bastante deprimido. Se acabó el primer mes y no logramos nada.

Esto me está afectando física y mentalmente, tengo ataques de pánico, insomnio, nauseas, pienso mal y no me provoca hablar. 

miércoles, 22 de junio de 2022

Bogotá. Miércoles 22 de junio 2022


 De más esta decir que amaneció con frío, pero si: amaneció con frío. Sin embargo, y aunque estaba nublado no llovió. Al menos, no temprano.

Mi jefa llegó ayer de Italia y me sorprendió encontrarla muy animada y sin señales de jetlag. Me dió unos chocolates de regalo y dos cinturones que me envió Pippo, su esposo, de regalo. Tristemente los cinturones no eran de mi talla (más pequeños) y no me quedó de otra que devolverlos. Ni modo.

Mis labores comenzaron haciendo compras de víveres y operaciones bancarias, para luego dedicarme a otras de mi trabajo. En realidad, lo mismo que todos los días de trabajo.

El almuerzo lo devoré rápido, mostrando lo muerto de hambre que soy. No tengo remedio.

Hoy conocí a una chica británica de 29 años, médico, que trabaja en Afganistán. Su madre, ya fallecida era venezolana y la chica quiere un amigo que le hable de Venezuela. Le iba a escribir hoy, pero estoy cansado.

Sigo mañana.


Fin