miércoles, 24 de marzo de 2021

Bogotá. Miércoles 24 de marzo 2021.

 


Ayer, al salir a comprar unos útiles escolares para una tarea de Paula, conocí un señor que vendía café y té, además de una que otra chuchería. Luego de escucharlo un rato, intuí que el señor era venezolano. 
Menos mal, él mismo hizo mención del tema y me contó que ya tenía 10 años en Colombia (entre otras cosas) y luego comenzamos a hablar amenamente. Por un instante, me sentí sumamente contento de poder reunirme y conversar con otra persona de temas en común, más aun de haberme "colado" en la reunión de cumpleaños de mi vecino, el pasado fin de semana.
Sentir que compartía con otro ser humano, me hizo sentir vivo. Los temas fueron triviales: ¡cuanto tiempo tienes aquí, como sacaste los papeles, como haces con la pandemia, familia, amigos, trabajos, comidas. Lo importante era el momento.
En serio me agradó. Quedé un poco cortado, pues de repente se excusó porque tenía que volver a su trabajo (en el kiosko) y me despedí gentilmente y contento.
Hoy, al pasar frente a su kiosko, lo saludé con igual aprecio y respeto y de inmediato me dijo "disculpa Diego, estoy ocupado"... si, puntos suspensivos. Solo dibujé una sonrisa bajo mi tapabocas y seguí mi camino a no se qué.
En serio que la gente se desconecta de una manera asombrosa.
Por otro lado, he logrado reconectar (virtualmente) mis buenas y antiguas amistades. Es bueno saber que solo hace falta escribir un HOLA, para saber de las personas que nos aprecian y al mismo tiempo saber quienes están "muy ocupados" como para responder.
Desde aquellas tertulias en el "barsh" de los Contessi, hasta las tardes de café con Maria Gabriela en la terraza de mi casa en Valera, reunirme con amigos ha sido importante para mi.
Ya no se puede. Hasta eso hemos perdido. y bueno, solo espero que las cosas mejores y poder reunirme de nuevo con gente agradable a conversar de todo un poco, así sea a través de un tapabocas.

@diegoaantunezp

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