Superbid. Luego de una entrevista donde se me catalogaba como El Mesias comencé a trabajar en una casa de subastas de equipos industriales, como Analista de pagos, del departamento de Subgerencia de operaciones.
Las primeras dos semanas fueron de entrenamiento y luego zaz! Me soltaron a caminar solo. Les explico: mi antecesora creó bases de datos en excel desde la creación de la empresa y fue creando bases de datos a medida que fue necesario crear un control. En vez de crear un sistema unificado y automático, la misma información se repetía varias veces, lo que originó una gran confusión cuando la empresa creció. Y no lo repararon. Asumo que esta chica (muy linda y talentosa) se dio cuenta del lío y decidió huir a la derecha.
Esto causó un caos que no pudimos arreglar tres personas seguidas. Eso no lo dijeron en la entrevista. Ademas, el sub gerente de operaciones, en su afán de quedar bien, creyó que cada uno de los sustitutos nos sabíamos toda la trama y nunca nos dijeron que habían pagos atrasados a clientes que participaron en las subastas, pretendiendo que solucionaramos casos que no conocíamos, además de que el maricon de contabilidad (encargado de hacer los pagos) se dio a la tarea de sabotearnos todo el proceso.
En conclusión, los clientes se arrecharon, reclamaron, nos insultaron una y otra y otra vez por no tener respuestas, mientras contabilidad decía que estaba ocupada.
Yo, particularmente, dejé de dormir, comer y perdí mi tranquilidad teniendo que tomar sedantes por mi constante angustia. Llegar a la oficina se convirtió, literalmente, en un ataque de pánico donde solo me faltó ponerme a llorar.
Algunos me apoyaron, no lo niego y les estaré eternamente agradecido pero la figura que debió hacerlo no lo hizo y simplemente me sustituyó, como las chicas anteriores.
Así, el 1 de mayo me quedé sin empleo en Colombia.
Desde ese momento nuestra vida se convirtió en una real pesadilla pues sin trabajo ¿como pagamos el apartamento, como pagamos los servicios, como compramos comida?
Algunos amigos nos ayudaron un tiempo, pero luego ya no pudieron hacerlo. Lógico. Otros se hicieron los locos, otros nos ignoraron.
Otros nos pusieron en manos de Dios.
Cada dia, para mi, es una gran angustia por no tener dinero suficiente y Yaneth tuvo que ponerse a limpiar una casa.
Nuestro plan de emigrar para trabajar tranquilos a nuestra edad, se convirtió en una pesadilla de hambre y angustia constante.