domingo, 8 de septiembre de 2019

Bogotá. 08 de septiembre 2019.

Hice un nuevo amigo. Un zuliano de Cabimas llamado Eduardo, quién me arregla a Susana. En poco tiempo hemos creado una buena y sana amistad, gracias a un vínculo ineludible: Dios.
Compartir La Palabra a diario me han hecho ver y reflexionar sobre muchas cosas significativas en mi vida, mi familia,  mi pensamiento. Yo necesité de él y él me escuchó.

Eduardo me invitó hoy al templo, donde la lectura de la biblia me cayó directo al corazón. Literalmente yo llegué a ese templo para oir lo que tenía que oir. No lo puedo explicar con palabras.
Luego, me llevó a su casa donde compartimos un rico almuerzo y mucho, mucho café.

Se que muchos no lo van a entender, pero no importa, porque me conformo con el entendimiento de Dios.

Amen.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Bogotá. 7 de septiembre 2019.

Hace unas semanas vinieron mis cuñados. Mi cuñada Diana, su esposo y su hijo menor emigraron a Mexico y pasaron por aquí unos días. Su hermano, con su esposa y sus dos hijos también vinieron a despedirlos,  así que durante 4 días nuestro apartamento estuvo lleno de gente, actividad, ruido... y comida.
Me gustó tener gente en la casa, pero no me gustó no tener nada que ofrecer, incluso me dio vergüenza salir a trabajar con Susana y hacer menos de $10.000 diarios. Eva no me ayuda para nada pues sigue desconectándose cuando mas pedidos hay y la batería solo dura 3 horas...
He probado todas las combinaciones posibles: salir mas temprano, apagar datos cuando no hay pedidos,  llegar mas tarde a fin de día y nada. Solo hago $12.000 diarios o menos.

Este mes hay que pagar mas cosas pues con la visita, hubo mas consumo. Y ahora si es verdad que no hay con que pagarlas.

Estoy intentando refugiarme en la oración y  aun no veo ningún cambio positivo.
Ya perdí 15 kilos de peso y masa muscular, viendo mi piel arrugada. Ahora si me veo viejo y ya estoy cansado de rodar y rodar y rodar para no producir nada.

Hoy me siento abandonado, ignorado, inútil, con hambre, infeliz, angustiado. Para como, no puedo decir nada en casa pues se dice que debo quitarme la nube negra de encima. Como si fuese una elección.

Bogotá. Del 12 de marzo al 13 de agosto 2019

Superbid. Luego de una entrevista donde se me catalogaba como El Mesias comencé a trabajar en una casa de subastas de equipos industriales, como Analista de pagos, del departamento de Subgerencia de operaciones.
Las primeras dos semanas fueron de entrenamiento y luego zaz! Me soltaron a caminar solo. Les explico: mi antecesora creó bases de datos en excel desde la creación de la empresa y fue creando bases de datos a medida que fue necesario crear un control. En vez de crear un sistema unificado y automático, la misma información se repetía varias veces, lo que originó una gran confusión cuando la empresa creció. Y no lo repararon. Asumo que esta chica (muy linda y talentosa) se dio cuenta del lío y decidió huir a la derecha.
Esto causó un caos que no pudimos arreglar tres personas seguidas. Eso no lo dijeron en la entrevista. Ademas, el sub gerente de operaciones, en su afán de quedar bien, creyó que cada uno de los sustitutos nos sabíamos toda la trama y nunca nos dijeron que habían pagos atrasados a clientes que participaron en las subastas, pretendiendo que solucionaramos casos que no conocíamos, además de que el maricon de contabilidad (encargado de hacer los pagos) se dio a la tarea de sabotearnos todo el proceso.
En conclusión, los clientes se arrecharon, reclamaron, nos insultaron una y otra y otra vez por no tener respuestas, mientras contabilidad decía que estaba ocupada.
Yo, particularmente, dejé de dormir, comer y perdí mi tranquilidad teniendo que tomar sedantes por mi constante angustia. Llegar a la oficina se convirtió, literalmente, en un ataque de pánico donde solo me faltó ponerme a llorar.
Algunos me apoyaron, no lo niego y les estaré eternamente agradecido pero la figura que debió hacerlo no lo hizo y simplemente me sustituyó, como las chicas anteriores.
Así, el 1 de mayo me quedé sin empleo en Colombia.
Desde ese momento nuestra vida se convirtió en una real pesadilla pues sin trabajo ¿como pagamos el apartamento, como pagamos los servicios, como compramos comida?
Algunos amigos nos ayudaron un tiempo,  pero luego ya no pudieron hacerlo. Lógico.  Otros se hicieron los locos, otros nos ignoraron.
Otros nos pusieron en manos de Dios.
Cada dia, para mi, es una gran angustia por no tener dinero suficiente y Yaneth tuvo que ponerse a limpiar una casa.

Nuestro plan de emigrar para trabajar tranquilos a nuestra edad, se convirtió en una pesadilla de hambre y angustia constante.